¿Por qué debería preocuparse por los corredores de datos? El informe de esta semana sobre una publicación de Substack que sacó a la luz a un sacerdote con datos de localización de Grindr muestra una vez más lo fácil que es para cualquiera aprovecharse de los almacenes de los corredores de datos para causar un daño real.

¿Por qué deberías preocuparte por los corredores de datos? Lo informado esta semana sobre la publicación de Substack en la que se delataba a un sacerdote con los datos de localización de Grindr muestra una vez más lo fácil que es para cualquiera aprovecharse de los almacenes de los corredores de datos para causar un daño real.

No es la primera vez que Grindr está en el punto de mira por compartir información de los usuarios con terceros que fungen de corredores de datos. El Consejo Noruego del Consumidor lo señaló en su informe "Fuera de Control" de 2020, antes de que la Autoridad Noruega de Protección de Datos multara a Grindr a principios de este año. En ese momento, advirtió específicamente que las prácticas de extracción de datos de la aplicación podrían poner a los usuarios en grave riesgo en lugares donde la homosexualidad es ilegal.

Pero Grindr es sólo una de las innumerables aplicaciones que comparten este tipo de datos. El verdadero problema son los numerosos corredores de datos y empresas de tecnología publicitaria que acumulan y venden estos datos sensibles sin nada parecido al consentimiento de los usuarios reales.

Las aplicaciones y los corredores de datos afirman que sólo comparten los llamados datos "anónimos". Pero eso no es posible. Los corredores de datos venden perfiles ricos con información más que suficiente para vincular los datos sensibles a personas reales, incluso si los corredores no incluyen un nombre legal. En particular, no existen los datos de localización "anónimos". Los puntos de datos como el domicilio o el lugar de trabajo son identificadores en sí mismos, y un observador malintencionado puede conectar los movimientos con estos y otros destinos. En este caso, eso incluye bares gay y residentes privados.

Otra pieza del rompecabezas es el ID del anuncio, otra etiqueta llamada "anónima" que identifica un dispositivo. Las aplicaciones comparten los ID de los anuncios con terceros, y toda una industria de empresas de "resolución de identidades" puede vincular fácilmente los ID de los anuncios con personas reales a escala.

Todo esto pone de manifiesto lo perjudicial que puede llegar a ser una colección de puntos de datos aparentemente mundanos en las manos equivocadas. Lo hemos dicho antes y lo volveremos a decir: los metadatos son importantes.

Por eso Estados Unidos necesita más que nunca una regulación exhaustiva de la privacidad de los datos. Este tipo de abuso no es inevitable, y no debe convertirse en la norma.