El proceso de aplicación del artículo 17 (antiguo artículo 13) de la controvertida directiva sobre derechos de autor en las legislaciones nacionales está en pleno apogeo, y pinta bien para los derechos y libertades de los usuarios. Varios Estados de la UE no han presentado propuestas equilibradas de aplicación de los derechos de autor, ignorando las preocupaciones de la EFF, otras organizaciones de la sociedad civil y expertos, que afirman que sólo unas fuertes salvaguardias para los usuarios pueden ayudar a evitar que el artículo 17 convierta a las empresas tecnológicas y a los operadores de servicios en línea en policías de los derechos de autor.

El gobierno alemán presentó un atisbo de esperanza en un reciente documento de debate. Aunque el borrador de la propuesta no impide el uso de filtros de subida para supervisar todas las subidas de los usuarios y evaluarlas en función de la información proporcionada por los titulares de los derechos, mostró creatividad al dar a los usuarios la opción de marcar previamente las subidas como "autorizadas" (en línea por defecto) y al establecer excepciones para los usos cotidianos. Los recursos contra las solicitudes de eliminación abusivas por parte de los autoproclamados titulares de derechos fueron otra característica positiva del proyecto de debate.

Normas inflexibles a favor de los editores de prensa

Sin embargo, la propuesta de aplicación de los derechos de autor adoptada recientemente por el Gabinete Federal alemán ha abandonado el enfoque de los derechos de los usuarios en favor de normas inflexibles que sólo benefician a los editores de prensa. En lugar de optar por una autorización legal amplia y justa para los usos menores no comerciales, el gobierno alemán sugiere unas excepciones triviales para los "usos presuntamente autorizados por la ley", que se supone que no deben ser bloqueados automáticamente por las plataformas en línea. Sin embargo, los criterios para tales usos son estrechos y no se ajustan a la realidad. Por ejemplo, el límite para el uso menor de texto es de 160 caracteres.

En comparación, la longitud máxima de un tuit es de 280 caracteres, que apenas es suficiente sustancia para una cita adecuada. Como esos usos sólo están presuntamente autorizados, los titulares de los derechos aún pueden impugnarlos y bloquearlos posteriormente si infringen los derechos de autor. Sin embargo, esto no ha impedido que el gobierno alemán ponga precio a este tipo de comunicación, ya que los proveedores de servicios tendrán que pagar al autor una "remuneración adecuada". Hay otros elementos problemáticos en la propuesta, como el plan de limitar el uso de parodias a los usos que estén "justificados por el propósito específico", así que más vale tener cuidado con ser demasiado juguetón.

El Parlamento alemán puede mejorar el proyecto de ley

Ahora le toca al Parlamento alemán decidir si se interesa más por las preocupaciones de los editores de prensa o por la erosión de los derechos y libertades de los usuarios. La EFF seguirá contactando con los diputados para ayudarles a tomar la decisión correcta.