La EFF se enorgullece de apoyar la ley A. 7326/S. 6541, que la legislatura aprobó para proteger la confidencialidad de la información sobre inmunidad médica. Limita qué datos pueden recopilarse o compartirse, con quién pueden compartirse y durante cuánto tiempo pueden almacenarse. (En Nueva York, los proyectos de ley deben tener versiones idénticas en cada cámara.) Es importante establecer ahora protecciones de la intimidad para garantizar que la información médica personal se mantiene a salvo, y que esa información no se utilizará para perjudicar a los miembros más vulnerables de nuestra sociedad.

El proyecto de ley original habría protegido a las personas contra el uso indebido de su información por parte de empresas privadas, el gobierno u otras entidades que deseen rastrear sus movimientos o utilizar su información médica privada para castigarlas o discriminarlas. También habría prohibido expresamente que la información sobre inmunidad se compartiera con agencias de inmigración que quisieran deportar a alguien, o con servicios de menores que quisieran quitarle a sus hijos. Por último, habría exigido a quienes solicitaran información sobre inmunidad que aceptaran una credencial analógica, como un expediente en papel.New York Gov.

La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, firmó la ley a finales de diciembre. Por desgracia modificó  la  ley legislatura para debilitar algunas de sus disposiciones sobre intercambio de datos.

Los neoyorquinos están mejor con esta ley en vigor. Pero es decepcionante ver que las enmiendas firmadas van en contra de la esencia del proyecto de ley: que la salud pública requiere la confianza del público. Nunca debemos preocuparnos de que buscar asistencia sanitaria, especialmente para algo tan rutinario como una vacuna, nos meta en problemas legales.

Compartimos la decepción de la Unión de Libertades Civiles de Nueva York (NYCLU), cuya directora Donna Lieberman dijo en un comunicado:

Ante el aumento de los casos de COVID y otras enfermedades infecciosas, se trata sin duda de un paso en la dirección correcta. Sin embargo, la insistencia del Gobernador en las enmiendas al capítulo lo convierten en una oportunidad perdida para garantizar que los neoyorquinos puedan compartir con la mayor confianza posible la información personal necesaria para vacunarse o utilizar un pasaporte de vacunación. Nadie debería ser criminalizado o deportado por participar en respuestas de salud pública.

Estamos de acuerdo. Esperamos que otros estados reconozcan la importancia de proteger la información sobre vacunas y aprueben leyes que protejan plenamente esa información para que no caiga en manos inesperadas.