Durante muchos años, los defensores de los derechos de los palestinos han defendido la causa de los palestinos de los territorios ocupados, a quienes se les niega el acceso a PayPal, mientras que los colonos israelíes tienen pleno acceso a los productos de PayPal. Una campaña reciente, dirigida por el grupo palestino de derechos digitales 7amleh, pide a PayPal que se adhiera a su propio código de conducta y ética empresarial, poniendo fin a su discriminación contra los residentes y ciudadanos de Palestina. 7amleh también ha publicado un informe detallado sobre las acciones de PayPal en Palestina.

No es la primera vez que PayPal niega el servicio a un grupo vulnerable; la empresa corta habitualmente los pagos a quienes se dedican al trabajo sexual o a la venta de contenido sexualmente explícito, y el año pasado, la división de PayPal Venmo fue demandada por bloquear los pagos asociados al Islam o a las nacionalidades o etnias árabes.

Hace tan solo cuatro meses, la EFF y otros 21 grupos de derechos escribieron a PayPal, responsabilizando a la empresa de la censura de las transacciones legales y legítimas, y pidiendo tanto a PayPal como a Venmo que proporcionen más transparencia y responsabilidad en las congelaciones y cierres de cuentas. Las demandas de nuestra coalición incluían una petición de informes regulares de transparencia, una notificación significativa a los usuarios y un proceso de apelación oportuno y significativo. Estas recomendaciones están en consonancia con los Principios de Santa Clara sobre la Transparencia y la Responsabilidad en la Moderación de Contenidos, desarrollados por defensores de la libertad de expresión y académicos para ayudar a las empresas a proteger los derechos humanos cuando moderan contenidos y cuentas generadas por los usuarios.

No está claro por qué PayPal decidió negar el servicio a los palestinos, pero no es el único. Muchas empresas estadounidenses han hecho una interpretación excesivamente amplia de las leyes y sanciones antiterroristas, denegando el servicio a grupos enteros o a zonas geográficas, en lugar de centrarse en aquellas partes a las que están legalmente obligadas a bloquear. Esta práctica es muy preocupante y causa un grave perjuicio a quienes dependen de los servicios digitales para sus necesidades básicas.

PayPal es uno de los procesadores de pagos más globales, y para muchos es un salvavidas, ya que permite eludir las exorbitantes comisiones de los bancos locales por las transferencias al extranjero y las prohibiciones directas. A través de PayPal, muchas personas de todo el mundo compran bienes y servicios en el extranjero, pagan a autónomos o envían dinero a sus familiares. Al negar el acceso a los palestinos, PayPal dificulta o incluso imposibilita el comercio normal de la vida cotidiana.

Pedimos a PayPal que explique su decisión de negar los servicios a los palestinos. Y renovamos nuestro llamamiento -y el de nuestros cofirmantes- para que PayPal revise sus prácticas a fin de aplicar los Principios de Santa Clara y permitir las transacciones legales en su plataforma, poniendo fin a su discriminación contra los grupos marginados.

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